Es indudable que la moda es un reflejo de los tiempos y que por ello, después de una revolución o de una gran transformación política, la vestimenta sufre un cambio radical. Esto fue bien claro después de la Revolución Francesa, en que se abandonaron los vestidos de telas lujosas, con amplias enaguas acolchadas, volantes de encaje y pelucas,
La Revolución Francesa pasó por varias etapas, En 1796, con el gobierno del Directorio, la moda cambió totalmente, acercándose a los modelos clásicos grecorromanos. En los hombres, las bragas se hicieron ajustadas, sostenidas con botones y lazos. La chaqueta era ajustada, por delante llegaba hasta la cintura y se prolongaba atrás hasta las rodillas, La solapa, muy amplia, contrastaba con los colores del abrigo.
El sombrero era un bicornio de terciopelo con la escarapela tricolor. Las medias eran de seda de varios colores. A estas gentes se las llamaba "increíbles".
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