En la India, la vestimenta femenina fue naturalmente evolucionando a través del tiempo. De las épocas primitivas han quedado algunas esculturas que permiten conocer cómo era la indumentaria en los tiempos remotos y que por lo general dejaba sin cubrir el torso.
De acuerdo con ellas, las mujeres usaban también una especie de taparrabos y una falda sujeta por una faja a la cintura y un cubre pecho de lana o algodón. A veces un lienzo admirablemente plegado cubría la cadera, el busto y la cabeza. Las mujeres de castas inferiores iban descalzas, pero las demás usaban sandalias sobre pies desnudos, calzado alto de cáñamo o de cuero blanco con tacones altos.
Pero la prenda más notable del atuendo era el sarí, colocado de diversas maneras según el gusto o las necesidades. El sarí es un pedazo de tela rectangular con guardas en los bordes y sabiamente plegado alrededor del cuerpo y la cabeza que confiere a quien lo lleva particular encanto.
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