Cuando se estudia la evolución del traje y de las prendas de vestir se sigue, por lo general, la experimentada por la gente de mayores recursos, los soberanos y personajes de la nobleza. Pero, naturalmente, siempre hubo diferencias entre ricos y pobres, y en la antigüedad ellas se notaban en el tipo de tela utilizada, mucho más rústica, que en el corte. Pero en la Edad Media las diferencias entre las clases sociales quedaron marcadas también en la indumentaria. Los campesinos usaban un sayo de tela gruesa de lana o una chaqueta de cuero de mangas cortas sobre una túnica corta. Cubrían la cabeza con una capucha de lana o un gorro de fieltro. El calzado era de cuero suave; las medias, de lana gruesa. También usaban calzas cortas sujetas a las rodillas.
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