Una prenda característica de la vestimenta masculina inglesa del siglo XV era la chaqueta corta muy ajustada hasta el talle y con un faldón amplio que cubría la cadera. Esta chaqueta tenía un cuello alto y pequeño, y mangas muy trabajadas. La parte superior de la manga era muy abullonada y acuchillada, dejando ver la camisa de hilo blanco. En el codo había otra parte más pequeña, también abullonada y acuchillada, y desde allí hasta la muñeca la manga era muy ajustada. Los pantalones eran también muy ajustados, y sobre ellos se colocaban botas de cuero que se prendían al costado. Las puntas de las botas se prolongaban desmesuradamente, y el extremo se sujetaba debajo de la rodilla con un cinto de cuero.
El sombrero era muy variable, pero una de las formas más comunes era el de ala ancha levantada atrás y con adornos de plumas. Los tocados femeninos presentaban gran variedad.
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