La                    influencia de los bizantinos y de los mogoles asiáticos                    en la moda rusa se advertía especialmente en la vestimenta                    de los zares. Éstos llevaban un caftán, abrochado                    por delante, con cuello alto; en lugar de botones tenía                    perlas o piedras preciosas.
                 En                    la cabeza calzaban una corona o gorro redondo con guarnición                    de pieles; aquélla remataba con una cruz. La corona de                    la zarina carecía de pieles, pero en cambio tenía                    un velo que se sostenía alrededor del cuello.
                 En                    las grandes recepciones, el zar lucía un collar con imágenes                    de santos y una cadena de oro con una cruz doble. Los soldados                    y algunos nobles usaban cascos de metal, escudos puntiagudos                    forrados de cuero rojo, lanzas largas y flechas. También                    se colocaban corseletes de cuero a modo de corazas.
                 Los                    escudos eran de varias formas, aunque el más usual era                    el redondo, que tenía cuerdas de color en forma de espiral                    alrededor del centro.
                 Los                    soldados de infantería estaban armados con sable ancho,                    de hoja de doble filo, a veces dentada; los de caballería,                    sable curvo.