A mediados del siglo X se organizó en el centro de Europa el Sacro Imperio Romano Germánico, que comprendía lo que hoy es Bélgica, Holanda, este de Francia, Suiza, Alemania, Austria, Checoslovaquia, norte de Italia y parte de Hungría y Polonia. La mayoría de sus habitantes eran descendientes de las tribus germanas; de modo que su vestimenta característica era la túnica de lana corta y la capa gruesa sujeta a un costado. Pero el emperador y las clases elevadas comenzaron a usar telas más ricas fabricadas en Flandes, ciudad que pronto se destacó en la industria textil. La túnica femenina fue evolucionando hasta convertirse en un vestido propiamente dicho, adornado con oro y piedras preciosas. En la cabeza las mujeres usaban toca -ó corona en el caso de la emperatriz- y barboquejo de tela o bien redecilla de lana tejida con adornos de oro, plata y piedras preciosas. Los flamencos se destacaron también en tejidos de hilo y algodón y fabricaban velos de muselina y gasa empleados en tocas, barboquejos y pañuelos, que lucían las damas.
---oOo--- La moda en mundo en la actualidad, |
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