Excelentes
jinetes arqueros, veloces y decididos, de táctica impredecible,
extendieron el miedo por sus dominios. Pactaron con Roma en
contra de los germanos de la Europa Central y, hacia el 432
tenían un caudillo principal, Rua o Rugila, a cuya muerte
(434) le sucedieron sus sobrinos Bleda y Atila. Eran nómadas
y vivían en chozas temporales. Por su condición
nómada, la vaca y la cacería tenían un
papel más importante en su economía que la agricultura.
Las carencias en su dieta eran saciadas por medio del comercio
y, de forma mucho más habitual, el pillaje en territorio
extranjero. Las armas que empleaban en la guerra eran la espada
recta, la lanza, el lazo (especie de cuerda con la que lazaban
a sus enemigos y les rompían el cuello) y el arco, que
solían utilizar desde el caballo. A esto contribuía
el uso del estribo, que tomaron de los chinos y que introdujeron
más tarde en Persia y Europa. Los pantalones eran anchos.
De la espalda pendía una capa de lana gruesa para soportar
los frios de la estepa en los crudos inviernos. Las mujeres
usaban una camisa que llegaba hasta media pierna, cerrada en
el pecho con una hebilla, ajustada con un cinturón en
las caderas, y bordada igual que el manto de los hombres.
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