Sofía
Mechetner nació en Israel en el seno de una familia humilde. La modelo
creció en uno de los suburbios de Tel Aviv, donde la pobreza estaba
presente casi en cualquier rincón.
Sus padres, inmigrantes rusos, lucharon por dar lo mejor
a sus hijos. El padre trabaja en la construcción y la madre siempre ha
intentado aportar a la economía familiar con numerosos trabajos.
A pesar de todos los esfuerzos, el día a día era
difícil. Y parece ser que las cosas se complicaron cuando sus padres se
separaron. La madre de Sofía se quedó ante una familia que sacar
adelante y, Sofía, la hermana mayor, fue su máximo apoyo.
Siempre fue agradecida con lo que tenía a pesar de las
dificultades y, aunque a veces podía avergonzarse si invitaba a sus
amigas a casa, nunca se quejó de la situación que vivía.
Un día cambió todo. Sofía ya había trabajado para una agencia de modelos en Israel y Roberto Ben Shoshan fue el que impulsó su carrera. No fue fácil, porque al llegar a París les cerraron las puertas debido a que era muy pequeña.
Sin embargo, antes de irse de la ciudad, Sofía encontró su suerte. Conoció al director creativo de Dior, Raf Simons, quién se fijó en el potencial que tenía. Tras varias semanas de espera, la modelo recibió una llamada: Dior quería hacerle un hueco en la Semana de la Moda de París.